Waleker, la araña, enseñó a tejer a la mujer wayuú. Su tejido descansa en el mito y los ritos de iniciación del encierro adolescente.
El tejido para el pueblo wuayúu es más que una práctica cultural y herencia de sus ancestros, es una forma de concebir y expresar la vida tal como la sienten y la desean. Un arte pensado y gozado. La observación de sus innumerables tejidos les permite leer el espíritu que guía su acción y pensamiento.
La mujer wayúu se dedica al tejido de chinchorros o hamacas para dormir, las cuales pueden llevar grabado algún nombre ya sea de un clan o una familia wayúu a la que pertenezca.
También están los susu o carteras para damas con dibujos de distintos significados y mantas de colores que resaltan la belleza wayúu.
CHINCHORROS Y HAMACAS
El chinchorro y la hamaca son los tejidos más representativos de la cultura Wuayúu. Aunque el chinchorro y la hamaca tienen una misma función, a nivel de textiles tienen diferencias marcadas; el primero es elástico y de tejido suelto y el segundo es pesado y compacto, de un tejido paleteado.
Las hamacas y chinchorros se elaboran manualmente; una vez terminado el cuerpo central, la cabuyera, el asa o agarradera, y el fleco se tejen por separado. La cabuyera va atada a la cabecera y el fleco es una franja larga y angosta que cuelga de los orillos laterales del cuerpo del chinchorro.
MOCHILAS
La mochila, susu o ‘lo que camina con uno’, nunca falta en la indumentaria wayúu; se teje en crochet o ganchillo, con la fibra del maguey y el algodón.
Existen varias clases de mochila: Susuchon, que lleva el nombre colgado de la faja, una a cada lado del guayuco; Susu, la mochila de diario, de tamaño mediano, que el wayúu lleva a todos lados; Ainacajatu, una mochila grande donde la mujer lleva el chinchorro, ropa y lo necesario para los viajes; Kapatera, la mochila grande del hombre, una especie de tubo cilíndrico, con dos bocas y cordones de cierre que se utilizan también de colgaderas.
Kattowi, una mochila de malla muy resistente y de múltiples usos, para transportar ollas y múcuras llenas de agua.
El tejido para el pueblo wuayúu es más que una práctica cultural y herencia de sus ancestros, es una forma de concebir y expresar la vida tal como la sienten y la desean. Un arte pensado y gozado. La observación de sus innumerables tejidos les permite leer el espíritu que guía su acción y pensamiento.